Los relojes pueden ser personales. Pueden ser poéticos. Sin embargo, a veces son herramientas puras: diseñadas con precisión y propósito, pensadas para servir a profesionales en entornos de alta exigencia. Ese es precisamente el tipo de legado que Bell & Ross ha estado cultivando desde su fundación en 1994.
Durante el Couture Show de este año en Las Vegas, tuve la oportunidad de explorar los últimos lanzamientos de la marca junto a mi colega Thomas J. Sandrin, fundador de WatchDNA. Lo que hizo la experiencia aún más memorable fue nuestra conversación con nada menos que Carlos Rosillo, cofundador de Bell & Ross, un verdadero visionario que continúa guiando el compromiso de la marca con el diseño centrado en la funcionalidad.
Del Cockpit a la Muñeca
Con raíces en París y fabricación en Suiza, Bell & Ross ha mantenido una estética única, con instrumentos inspirados en la aviación, diseños tipo tablero, alta legibilidad y una caja cuadrada que ya es icónica. No es simplemente que la forma sigue la función: es que la forma se convierte en función.
En el stand, tres relojes destacaron de inmediato, cada uno ofreciendo una nueva interpretación del ADN instrumental de Bell & Ross.
Precisión esqueletizada en cerámica negra
BR 03 Skeleton Black Ceramic ofrece una elegancia moderna y sigilosa. Lo que ves —y lo que no— cuenta la historia. La esfera calada revela el funcionamiento interno, mientras que la caja de cerámica negra mate aporta un aire táctico y sofisticado. Es un reloj que se siente a la vez futurista y profundamente arraigado en la tradición.
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Cuando el lume se convierte en protagonista
BR 03 Skeleton LUM Ceramic no se esconde en la oscuridad — brilla en ella. Con una esfera abierta totalmente luminiscente, ofrece un resplandor sobrenatural al caer la noche. No es solo visibilidad, es un espectáculo visual. El contraste entre la estructura luminosa y la caja de cerámica hace que destaque entre los amantes del diseño de alto concepto y alto rendimiento.
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Modernismo en tonos fríos
BR 03 Skeleton Grey Steel ofrece una atracción distinta. Menos sigiloso que sus hermanos cerámicos, este modelo destaca por sus tonos plateados industriales, acabados pulidos y presencia arquitectónica. Se siente como un plano sobre la muñeca: una expresión honesta y cruda de la relojería mecánica para quienes valoran tanto la estructura como el estilo.
Una visión que perdura
Conocer a Carlos Rosillo fue un recordatorio del poder de la pasión y la claridad de visión. Bell & Ross no intenta ser todo para todos. En cambio, ha cultivado una comunidad fiel permaneciendo fiel a sus raíces: aviación, rendimiento y fiabilidad profesional, todo envuelto en un diseño inconfundible.
Al finalizar nuestra conversación y apagarse las luces del stand, quedó algo claro: Bell & Ross sigue forjando su camino, no persiguiendo tendencias, sino perfeccionando su misión. Y en un mundo donde tantos relojes compiten por atención, a veces el movimiento más audaz es permanecer exactamente donde uno pertenece.
El tiempo es más que segundos que pasan. Es un catalizador de transformación. Pronto más novedades del Couture Show en WatchDNA.
